Australia: ¿paraíso lésbico?

Ya las vi quejándose. Que si el Mardi Gras, que si no twitteamos, que sí L cada día desvaría más, que si A se está poniendo demasiado impertinente…

En sólo tres semanas he tomado ocho vuelos. Ocho. Así. Creo que he pasado más tiempo en aeropuertos que durmiendo. He tomado con gente de tan variadas nacionalidades que ya me siento «ciudadana del mundo» y he tenido que bañarme en lugares que ni les cuento. Así están las cosas, por eso no les había escrito.

Ya voy de regreso a México. Dos o tres lágrimas se me escaparon en el camino. Que bueno que nadie veía.

¿Qué les parece que hoy les cuento de la vida nocturna y lésbica de Sydney? Van algunos datos:

1. Sydney no es el paraíso lésbico. Sydney es el paraíso gay, el paraíso del hombre homosexual moderno. Y aunque la ciudad es muy gay friendly, hay banderas gays por todas partes y son incontables las parejas lesbianas y gays que se ven en las calles, la verdad es que la población lésbica no es tan alta.
2. Las australianas son rudas. Sï, así. En México yo me veo levemente lesbiana, en Sydney soy lo más buga del mundo. Lo que pasa es que la australiana promedio se viste con tank-tops y chanclas, así que para diferenciarse las lesbianas se ven todavía más rudas. Estoy generalizando, tuve algunas amigas muy femeninas en Sydney, pero la gran mayoría usa trucker-caps y tiene el pelo corto.
3. Nadie va a pagar por ti ni tú deberías pagar por nadie. Aunque es una práctica muy común que cuando dos mujeres que se agarran o planean agarrarse van a la barra de un bar una paga, también es MUY común que si te pagan devuelvas el favor.
4. El Mardi Gras no es lo que parece. Dicen que es el desfile número uno del mundo, pero sólo es eso, un desfile. Te paras atras de un barandal a verlo y cuando termina tienes que pagar boletos de mínimo 50 dólares para ir a alguna de las fiestas post-mardi gras. Lo que pasa entonces es que, a diferencia de ciudades como Londres o Paris, no hay una «comunidad» festejando junta, sino varias fiestas aisladas.
5. En Australia se hace ejercicio. Sí, mucho ejercicio. Ya les había contado que yo corro, pues en Sydney TODOS (y todas) corren. Eso significa que la mayoría de las mujeres están en forma y que te vas a cruzar con varias lenchas mientras corres por la playa.
6. Hay fiestas gays y fiestas de lesbianas. La cosa no se mezcla. Y aunque vas a encontrar a algunas lesbianas en los antros gays y a algunos gays en las fiestas de lesbianas, la cosa va por separado.
7. En una noche en Sydney puedes conocer a mujeres de más de veinte nacionalidades distintas. Si te preguntabas cómo son las lesbianas de la India o las de Hong Kong, corre a Sydney a averiguarlo…
8. ¿Qué tan promiscuo es promiscuo? Una australiana promedio nunca ha pasado más de dos meses sin sexo (sí, sí pregunté). Eso significa que… Los antros son para agarrarse a alguien. No vas a una fiesta a bailar, vas a bailar con alguna mujercilla de tu agrado. Y, claramente, la idea es que tú acabes en su departamento o ella en el tuyo. Ni te las des de santa que eso no va.
9. Por lo mismo, antes de la 1 am la mayoría de las mujeres en el antro ya tienen su lengua metida en gargantas ajenas. Si te gusta alguien, te tienes que apurar, mi reina.
10. Vamos a lo que vamos, sin rodeos. Básico, están ligando, no haciendo amigas. No te van a hacer plática, te van a decir que estás hot y te van a tratar de dar un beso. O lo tomas o lo dejas. Simple.

Encuesta Lenchaholics: Pregunta 8: ¿Qué buscas en una pareja?

Tenemos más resultados de la encuesta. ¿Ya saben cuál encuesta? Si no saben significa que no han leído Lenchaholics lo suficiente y que necesitan seguirnos en Twitter o Facebook o unirse a nuestra Mailing List. La encuesta fue contestada por 221 mujeres, de las que sólo tomamos en cuenta 200 (debido a restricciones que impone el sitio de encuestas). Esta semana estaremos escribiendo unos cuantos artículos para darles los resultados de nuestra lenchísima encuesta, estén al pendiente.

Pregunta 8: ¿Qué buscas en una pareja?

Hay quien jura que el físico no importa y hay quien no pone un dedo encima de una mujer que no haya estudiado una carrera. Según varios estudios, los hombres heterosexuales se fijan más en el físico, mientras que para las mujeres heterosexuales es más importante el «poder» que tiene una persona. Pero, ¿qué buscan las lesbianas? Dividí la pregunta en varias categorías que van desde guapa (físico) hasta exitosa (poderosa), pasando por algunos clásicos como la posición social o el talento en la cama. Les presento los resultados:

	Vital	Muy importante	Relativamente importante	No muy importante	Me tiene sin cuidado	Valoración media
Guapa	6.5% (13)	18% (36)	55.5% (111)	12.5% (25)	6% (12)	2.94
Inteligente	51.5% (103)	38% (76)	8% (16)	0.0% (0)	0.5% (1)	1.57
Culta/educada	44.5% (89)	42.5% (85)	10% (20)	1.5% (3)	0.0% (0)	1.68
Buena clase social	1.5% (3)	8.5% (17)	39% (78)	28% (56)	21% (42)	3.60
Con un buen trabajo	2.5% (5)	23.5% (47)	33.5% (77)	23.5% (47)	7% (14)	3.10
Buen sexo	41.5% (83)	34% (68)	18% (36)	3% (6)	1.5% (3)	1.87
Exitosa	16% (32)	36% (72)	32% (64)	8.5% (17)	4.5% (9)	2.48

En la tabla, el rubro que dice valoración media es un promedio dándole a cada una de las respuestas un puntaje. «Vital» vale un punto, «muy importante» dos y así hasta «me tiene sin cuidado» que vale 5 puntos. Esto significa que en promedio las encuestadas creen que:

• Guapa: Relativamente importante (2.94)
• Inteligente: Muy importante (1.57)
• Culta/educada: Muy importante (1.68)
• Buena clase social: No muy importante (3.60)
• Con un buen trabajo: Relativamente importante. (3.10)
• Buen sexo: Muy importante. (1.87)
• Exitosa: Relativamente importante. (2.48)

(Entre menor el número, más importante).

Encuesta lenchaholics. Pregunta 6: ¿Cuántas parejas sexuales has tenido?

Tenemos más resultados de la encuesta. ¿Ya saben cuál encuesta? Si no saben significa que no han leído Lenchaholics lo suficiente y que necesitan seguirnos en Twitter o Facebook o unirse a nuestra Mailing List. La encuesta fue contestada por 221 mujeres, de las que sólo tomamos en cuenta 200 (debido a restricciones que impone el sitio de encuestas). Esta semana estaremos escribiendo unos cuantos artículos para darles los resultados de nuestra lenchísima encuesta, estén al pendiente.

Pregunta 6: ¿Cuántas parejas sexuales has tenido?

Ésta fue de mis preguntas favoritas. Quería saber qué tan monógamas son las lesbianas y cuántas parejas tienen generalmente. Tengo amigas/conocidas que me cuentan que se agarran a cierto número de mujeres cada mes. ¿De verdad? Yo no me imagino metiendo mi lengua en la boca de cualquiera y mucho menos en otros lugares. Alguna vez hace muchos años competí para ver quien besaba más gente en una noche, pero GRACIAS A DIOS ya pasaron esas épocas y hoy tomo precauciones hasta para dar la mano. ¿Soy yo o somos todas? ¿Habrán lesbianas tipo Shane (de esas que se agarran a una diferente cada día) en el mundo?

Quiero saber, y me imagino que no soy la única, así que les doy los resultados de la encuesta. Las preguntas eran:

a) He tenido sexo con este número de mujeres:
b) De esas, este número fueron mis novias:

En promedio, nuestras encuestadas han tenido sexo con 4 mujeres y han tenido tan sólo 2 novias/relaciones.

6. ¿Cuántas parejas sexuales has tenido?
	pregunta respondida			184
	pregunta omitida			16
		Respuesta promedio		Cantidad de respuestas
He tenido sexo con este número de mujeres		4.18		184
De esas, este número fueron mis novias		2.05		178

El promedio me suena bien, lógico. Pero ahora les voy a contar de nuestras «Shanes».

1. La Shane número uno y ganadora del título de conquistadora por excelencia ha tenido sexo con 25 mujeres, de las cuales sólo 7 fueron sus novias. Nuestra conquistadora por excelencia estudia medicina y se considera a si misma tan sólo 80% lesbiana (imagínense si fuera el 100). Su práctica sexual favorita es la masturbación mutua (estimulación de clítoris con las manos) y me imagino que lo hace muuuuy bien.
2. Nuestra segunda conquistadora, sólo unos puntos abajo, tuvo sexo con 22 mujeres, de las cuales 3 fueron sus novias. Ella sí se considera a si misma 100% lesbiana (claramente) y afirma nunca haber tenido nada con un hombre. Estudia derecho y su actividad sexual favorita es la penetración con dedos.
3. La tercera shane tuvo sexo con 19 mujeres de las cuales sólo 2 fueron sus novias. Estudia diseño gráfico y también se considera 100% lesbiana. Nunca ha tenido nada con un hombre y su actividad sexual favorita es también la penetración con dedos.

Mujeres, si alguna de ustedes es una de nuestras «Shanes» escríbanos a lenchaholics@gmail.com nos encantaría saber más de ustedes.

Finalmente, la mujer que más novias ha tenido fue una psicóloga que tiene en su historial 9 relaciones y que ha tenido sexo con igual número de mujeres.

Soy lesbiana y…

Estaba revisando las cuentas de Twitter que nos siguen y me di cuenta de que varias de nuestras seguidoras son comunicólogas. ¿Qué tienen las lesbianas con la comunicación? Corrección: ¿Qué tenemos las lesbianas con la comunicación? Sí, yo también estudio Ciencias de la Comunicación…

Esa «coincidencia» entre las lectoras de Lenchaholics y yo me hizo pensar en estereotipos de lesbianas y actividades comunes. Así que escribí una encuesta con algunas preguntas para ustedes (las lesbianas del mundo), ¿me ayudan a difundirla? Al final de la encuesta hay un lugar para dar comentarios, llénenlo con lo que se les antoje…

Les doy el link: http://www.surveymonkey.com/s/22S2PF8

Cuando tengamos un buen número de encuestas contestadas, escribiré un artículo con los resultados.

Yo no sé si me quiero casar

—¿Y tú? ¿A qué edad te quieres casar?

La pregunta es siniestra, fundamentalmente incorrecta, ¿por qué? Porque da por hecho, rotundamente, que quieres y que te vas casar. De eso se trataban los juegos cuando yo era chiquita:

—Escoge un número.

—Siete

—Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete. Ahora un color.

—Rojo

—Ro-jo, el nombre de tu esposo empieza con S, se van a casar a los 26 años y van a tener 8 hijos…

¿Qué? ¿Esposo? ¿Veintiséis años? ¿Hijos? ¿Y cómo me va a dar tiempo de recorrer el mundo con ocho hijos y un marido a mis cuestas? A  partir de los 12 o 13 yo empecé a decir que no quería hijos. ¿Por qué? Por simple rebeldía, porque me parecía inconcebible que el mundo me forzara a parir chamacos. No entendía por qué estaba obligada a contribuir a la sobre-población y peor aún, detestaba el hecho de que la gente diera por sentado que yo IBA a tener hijos. Empecé con mis amigos, luego con mis papás y ya después con toda mi familia. Y cada vez que decía que no quería hijos todos me veían como si fuera un extraterrestre morado. Lo mejor es que en ese entonces yo ni siquiera sabía que era lesbiana.

Cuando descubrí mi lesbianismo, todo eso tuvo más sentido. No sólo había encontrado un nuevo estilo de vida, sino que ese estilo de vida no requería que me adecuara a normas y tradiciones sociales retrógradas e inútiles. Desde ese entonces, a mis amigos cercanos les digo que ni siquiera sé si me case. (La mayoría de los bugas se infartan con semejante afirmación).

Dejen me explico, ¿para qué querría cumplir con una tradición medieval si no soy parte de la cultura dominante para la que fue impuesta dicha tradición? No me imagino a mi misma vestida de blanco (que aparte significa virginidad, cosa que, claramente, ya no tengo) con otra mujer también vestida de blanco, frente a un remedo de altar (porque es poco probable que un sacerdote nos quiera casar) jurándole a un dios en el que no sé si creo, que me quedaré con la susodicha para siempre. Para siempre es mucho tiempo. Lo que si me imagino es firmando unos papeles que me aseguren que si la mujer en cuestión se muere, la casa que compramos juntas pasará a mi poder…

No es falta de romanticismo, es que creo que nosotras, por ser lesbianas, podemos inventar nuestros propios rituales, nuestras propias formas de jurarnos un amor eterno. No sé, el día en que yo me «case» me tatuaré alguna ridiculez y le juraré a mi novia amor eterno. Pondré mi testamento a su nombre y le daré acceso a mis cuentas de banco, me mudaré a una casa de una sola recámara con ella (eso no es seguro) y la presentaré a mi familia y al mundo como la mujer de mi vida. Todo esto sin ceremonias ni flores, tal vez con collares en vez de anillos y sexo en vez de misa.

Yo no sé si me quiero casar y mucho menos sé si quiero tener hijos, sólo sé que quiero tener la opción, que necesito saber que si un día me caso va a ser porque siento un amor loco y no por miedo a la soledad.

(Eso sí, creo que legalmente, es muy importante permitir el matrimonio homosexual, por todos los beneficios que éste ofrece.)

La no tan fantástica vida de Barbie

Se llama Dina Goldstein y es la responsable de esas imágenes que hace poco rondaron por «la web» de las princesas de Disney en decadencia (Fallen Princesses). Ahora, la fotógrafa canadiense nos trae una nueva serie de fotografías tituladas «In the Doll House» (En la casa de las muñecas). La serie retrata la no tan fantástica vida de «B» (Barbie) después de casarse con «K» (Ken).

Aparentemente, después de comprar el Jeep rosa, la «piscina del glamour», el convertible y el «gatico» y de cambiar de carrera y de zapatos 100 mil veces; Barbie por fin se casó con Ken. Pero Ken nunca ha sido el más varonil de los muñecos y el matrimonio ha resultado desastroso.

Y así, mientras Barbie lee «Cosmo» en las noches, Ken llora con «O! Magazine» (la revista de Oprah). Ni esperes que K se ponga amoroso, B, porque mientras tu sueñas con que un hombre fornido te rescate, él sueña con lo mismo, sin camiseta.

A Barbie le costó trabajo sospecharlo, se lo vendieron como su pareja ideal; pero si hubiera abierto más los ojos se habría dado cuenta de que el hecho de que sus atuendos combinaran tan bien con los de ella no se debía a que fuera su «media naranja» sino a su homosexualidad. Por Dios, B, desde que se mudo contigo con esa almohada de terciopelo en forma de corazón te debiste de haber divorciado.

Ultimamente, el hombre tiene menos pelos que Barbie y en su iPod rosa se escucha Britney Spears a todas horas. Ya tomó posesión de la secadora de pelo y de los tubos que ella mandó especialmente a pedir a Mattel. ¿Quién es la princesa ahora, B.?

La protagonista de nuestros primeros juegos lésbicos (no lo nieguen) no tiene la vida soñada que anuncian sus productos, en el closet ya se confunden los tacones de uno con los del otro. Por más que Barbie sea «Superarquitecta» y «Veterinaria Estrella», Ken es más reina que ella.

B. ya se está acostumbrando a cenar sola y su consumo de alcohol ha crecido bastante. Pero admitámoslo, es su culpa, a leguas se notaba que K. era más mujer que ella.

¿Te sorprendiste cuando lo encontraste con otro? Pues fuiste la única sorprendida, querida. Llorarás y te retorcerás del coraje, pero en pleno siglo XXI, esas cosas pasan más seguido de lo que crees. La verdad, la verdad, es que las lenchas siempre lo supimos, nunca debió de haber sido «Barbie y Ken»; la pareja era «Barbie y Skipper».

Las lesbianas de todo el mundo te damos la bienvenida, B. Y a todas las bugas que soñaban con ser «Barbies» les recomendamos que lo piensen dos veces.

Random Facts

Estuve leyendo y leyendo y leyendo y estos fueron algunos de los datos que encontré sobre el sexo.

1. 134 es el número máximo de orgasmos registrados por una mujer durante una hora, mientras que en un hombre son 16.
2. Resulta que el término más buscado en PornHub no es “adolescentes” o “porrista”, sino, “mamá”. Freud estaría muy feliz con esta estadística. ¿A quién le gustan las señoras?
3. Un orgasmo femenino es un poderoso analgésico debido a la liberación de endorfinas. Con un orgasmo se pueden quitar dolores de cabeza, nauseas, etc. Me duele la cabeza, ¿nos agarramos?
4. Un 29% de las mujeres llega virgen al matrimonio. ¿Ya se casaron? ¿O ya son parte del 71% que no?
5. En Grecia y Roma se han encontrado dildos hechos de cuernos de animales, oro, marfil y vidrio. ¿Cuernos de animales? Que denso…
6. El 90% de los hombres y el 65% de las mujeres en Estados Unidos se masturban.
7. Tanto hombres como mujeres se pueden excitar por el olor del vino, que muchas veces imita el de las feromonas, causantes de la atracción sexual entre humanos. (De nada por el tip).
8.  48% de las mujeres reporta haber fingido un orgasmo. O sea, es probable que la mitad de ustedes haya fingido.
9. Según la encuesta global de Durex el 32% de las mujeres tiene orgasmos con regularidad. Estoy segura de que el promedio entre lesbianas es mucho más alto.
10. En promedio, una mujer tiene 7 parejas sexuales en su vida. ¿Ya oyeron? Si ya van en la 6 escojan bien a la próxima, porque es la última. ¿Cuántas ya llevan 10? Zorras…
11. De acuerdo a la encuesta global de Durex, Australia es el lugar donde más se practica el sexo homosexual. Lesbianas, migremos.
12. Aproximadamente el 1% de la población mundial se identifica como asexual, es decir, que no siente atracción hacia ningún sexo. (No, no cuentan las temporadas de depresión).

Top 10 del sexo

Según Medical Insurance, estos son los 10 tipos de lesiones causadas por el sexo, donde seguramente se sentirán identificados con algunas de ellas:

Top 10 lesiones

1. Molestias en la espalda
2. Raspadura en las rodillas por fricción
3. Golpes y hematomas en codos y rodillas
4. Esguince de muñecas (CLARO)
5. Fractura en dedos o manos (POR SUPUESTO)
6. Tirones musculares
7. Torcedura de rodillas
8. Contracturas en el cuello
9. Esguince de tobillos
10. Hombros lastimados o golpeados

Los 10 lugares más peligrosos para hacerlo

1-Sofa

2- En las escaleras (Nunca la apliqué).

3-En el coche

4-En la ducha

5-En el cuarto

6-En una silla

7-En la mesa de la cocina

8-En el jardín

9-En el retrete (Definitiva esa tampoco)

10-Closset

Las 10 cosas que con más frecuencia se rompen

1-El mueble de la cama (la base del colchón).

2-Vasos o copas de vino.

3-Marcos para fotografías

4-Sillas

5-Tazas de café

6-Paredes

7-Cajones

8-Puertas

9-Ventanas

10-Jarrones

Curiosidades

Entre otras curiosidades del sexo, existen historias y esta es la más común (o la que recuerdo que me contaron cuando yo tenía alrededor de 15 años) :

A un doctor se le asignó una paciente, la cual se quejaba de un dolor tremendo en el estómago. Después de un rato, la paciente termina confesando que en realidad no sufría de ese dolor. Resulta que unas horas antes, ella había calentado en el microondas una salchicha de hotdog, para utilizarla como un juguete sexual (¿Por qué no?), pero al calentarse, la salchicha se había hecho más suave y de esta manera terminó rompiéndose dentro de ella.

Bueno la gran leyenda que a mi me habían contado, era lo mismo, sólo que esta decía que había pasado meses con la salchicha dentro. Dicha salchicha se había descompuesto y que esto le causó la muerte a la pobre, indefensa, desesperada sexual, niña.

(Desde ese entonces, veo a las salchichas con cierto respeto).

Así que ya saben… Por favor, recurran a una sexshop, existen muchos tipos de juguetes sexuales. Soy pro a la experimentación, pero por favor no lo hagan con comida.

A las demás lesiones no tengo nada que objetar. Esas si son lesiones, son marcas de guerrer@s y terminarán en una muy buena historia que contar. (Por favor siéntanse libres si tienen alguna para comentar por acá).

La niña sin identidad sexual

Ya no sé que soy.

De verdad ya no sé. Dicen que no importa, que no necesito una etiqueta y demás, pero creo que me gustaría saber. No porque quiera encerrarme a mi misma en una etiqueta, sino por simple y sencilla curiosidad… A la gente le gusta saber y a mi me gustaría poder decir, con seguridad, sin dudarlo:

—Hola soy A. soy escritora, lectora, cinéfila, quasi-licenciada y … ¿lesbiana?

Me consideraba bisexual hasta hace como un año. ¿Qué tan bisexual? «Fifty-fifty» yo decía, «me da exactamente lo mismo enamorarme de una mujer que de un hombre». ¿Y entonces? Claro que me emocionan más las mujeres, pero hay hombres de los que no me arrepiento ni tantito.

Llevo unos diez meses en una relación con una mujer. Cortamos durante casi dos meses y en ese tiempo no logré salir con un sólo hombre. ¿Por qué? Me invitaban, decía que sí y a la hora de la hora me entraba una hueva profunda y cancelaba. Perra, sí. Y ellos ahí seguían y yo más huía. A una chamaca random sí me la agarré (aunque también salí huyendo).

Ahora, ¿qué soy? ¿Lesbiana-que-fue-bisexual-que-tal-vez-pueda-volver-a-serlo? ¿Bisexual-en-una-relación-tan-larga-que-ya-no-ve-hombres? ¿Lesbiana-con-complejo-de-bisexual?

Estoy confundidísima. La última vez que traté de referirme a mi sexualidad le dije a L: «Es que ella no sabe que soy lesbiana. O bisexual. O lo que sea que yo sea».

Iré a pasar mi código de barras a algún lado para ver qué dice la caja registradora: «Lesbiana $58.99».

Queridas lesbianas y lesbianos, soy la niña sin identidad sexual.

De las mejores noches de mi vida

Me estoy dando cuenta que quizás no es que tenga una maldición ni nada por el estilo, si no que yo soy la maldita, pero la maldita idiota.

Cuando andaba con la Caca13, un día que festejábamos  nuestro mensuario, me quedé a dormir con ella en casa de su abuela (Orejabu).

En algún momento u otro “nos fuimos a acostar y a dormir”. O eso le dijimos a Orejabu.

-Buenas noches señora, ¡qué descanse!

Hicimos tiempo para que Orejabu se quedara dormida y hasta escuchar sus ronquidos empezamos con la passion.

Como L ya tenía traumas, Caca13 me decía que no me preocupara, que uno, cuando se dormía Orejabu era como una roca. Dos, que ni si quiera escuchaba nada porque estaba muy lejos los cuartos y punto número tres, ella usaba un aparato especial para poder escuchar (aparato auditivo), el cual se quitaba al dormir.

Así que una vez escuchado esos ronquidos, nos comimos la noche y la noche a nosotras.

Después de haber intercambiado posiciones, me coloque arriba de Caca13…  Todo era un momento romántico, llovía y las gotas caían por la ventana. Buena imagen, ¿no?  Hasta que… El momento fue matado por un ruido extraño.

-………

-…..

*Inserte cara de confusión de L*

-¡JAJAJAJAJAJAJA! ¿Qué fue eso? Jajajajaja, ¿Te echaste un pedo?. Pregunté confundidamente. (Aun sabiendo que ese ruido había salido de mi pero como no me hacía sentido, lo único que sí lo hacía era que ella se lo hubiera echado).

-Jajaja, ¿yo? Fuiste tú.

-No, ¿qué? Pero…. ¿cómo? NO, jajaja.

Y no podíamos hablar porque nos empezamos a reír sin control alguno. Fue de esos momentos incómodos que no sabes ni qué pasó ni tienes explicación, entonces no tienes ni cómo defenderte. (Aquí también tenía aún un poco de inocencia por lo visto).

Después ya que pudimos hablar, Caca13 me dijo “No te preocupes, eso siempre pasa en esta posición…  Entra aire y… Pues ya, con el movimiento y demás así pasa.”

Se burló infinitamente de mí y yo moría de risa también. Después de haber matado la passion y reír por muchos minutos seguidos, intenté recuperar el momento y seguir… Cuando hacía esto, escuché un ruido.

-Escuché algo. Dijo L.

-….

*Silencio*

Las dos nos quedamos viendo fijamente y poniendo toda la atención en los oídos para sintonizar los ronquidos de Orejabu, pero no. No escuchábamos nada.

-No es nada, fue allá afuera… Dijo Caca13 para tranquilizarme.  (Y mientras, seguía lloviendo fuertemente)

Bastaron unos cuantos segundos para que se escuchara como alguien del otro lado de la puerta estaba girando la perilla leeeeeeeentamente para entrar.

*Y otra vez, recalco (O en mi defensa). Uno nunca sabe cómo reaccionará ante situaciones de miedo, frustración, terror.

Caca13 al ver mi –no habilidad-, salta de la cama y sale corriendo a la cama que estaba hasta el otro lado del cuarto (rápido pero sigilosamente). Destiende la cama, se mete bajo las sábanas, se tapa bien, se hace la dormida, casi casi lee un libro entero, hace un resumen, me lo cuenta y se vuelve a acostar, sí todo eso.

¿Y qué hizo L?

…

Niente. Nada. Zero.

Lo más que pudo procesar mi cerebro y mis nervios, fue agarrar un cojín y taparme la puchurrumini. Digo, ya si me iba a ver, lo menos peor serían mis escasos -nulos-, limones.

Orejabu entra al cuarto, prende la luz (supongo que vio mis dos pequeños limones y el cojín en la papaya y se ha de haber preguntado qué coños con «la amiguita de su nieta»). Después de unos segundos apaga la luz del cuarto y apaga la luz de afuera.

(Resulta que había entrado porque vio una luz prendida, la luz de afuera y esa luz se apagaba del cuarto donde estábamos… Al entrar y querer hacer esto, prende por equivocación el otro switch y voilá L en cojín y limones).

Mientras todo esto sucedía, L quería morir de la risa… Fue lo más difícil que me ha pasado en toda la vida. Doy tantas gracias a la Diosa Lesbiana por haberme dado tantas fuerzas para no reír en ese momento… (Enserio no saben lo difícil que es para mi contenerme una carcajada, puesto que nunca de los nuncas lo hago.)

Orejabu cerró la puerta, dio la media vuelta y se fue de regreso a su cuarto. Pasaron unos segundos para que L pudiera soltar toda la risa y Caca13 también, entre que recordaba el “pedo-nopedo”, la Orejabu viéndome, mi –nohabilidad- y la escena completa, era demasiado.

Lo único que puedo decir es que esa, sin duda alguna, fue de las mejores noches de mi vida.