L está del otro lado de donde está A.
En algún pueblo cercano de Pittsburgh. Antes de que llegara, estaba emocionada y con mil energía y propósitos. Comprobé que eso del clima depresivo es verdad. Tanta pinche nieve puede llegar a deprimir en algún punto. (Y eso que soy fan de la nieve).
Me ha pasado de todo, literal de todo. Entró un oso a la escuela. Así de random y así de todo me refiero.
Diario camino como quince minutos para tomar un camión a la escuela a temperaturas que van desde los -17C hasta 6C. (Que cuando hemos llegado a estar a 6C, ha sido como gloria). Constantemente me caigo ridículamente. Creo que les alegro el día a muchas personas por eso.
En fin, desde que llegué tuve un propósito.
Encontrarlesbianassensoooalesacomodelugar.
En “mi pueblo” no existen bares gays, TODO está en el centro, en Pittsburgh. No hay tanta accesibilidad a los camiones como para poder llegar allá…
Así que decidí primero empezar por mi escuela.
Hice de todo.
Fui a la primer asamblea del “club gay” en la escuela. (Sí, hay un club gay).
Nada. Y me cayeron mal todos. Huí.
¿Dónde más podrían estar las lesbianas?
Equipos deportivos.
(Sí, así con colorsitos lésbicos y toda la cosa).
Me inscribí al equipo de volleyball, basketball y football. (La aaaaaaaaaapeeeerraaaaaaaada. ¡Lotería!).
Por desgracia, las de volleyball contestaron que ya habían mandado a hacer los uniformes, así que era demasiado tarde para inscripciones…
Me quedaban dos restantes.
Las de basket me citaron para tener un partido. Ese día asistí y resultó que no era el equipo representativo de la escuela. Era una clase de torneos internos de basketball. Así que ese día, jugaba el equipo de volleyball contra el equipo de football, basketball.
L pertenecía al equipo de las chicas manoseadoras de pelotas (Volleyball).
Y en mi mismo equipo, estaba una chica que tampoco pertenecía a ninguno de los equipos antes mencionados. (Las únicas dos lesbianas de ese equipo. Ella y yo.).
Y claro, las de fut.
Las de volleyball, tristemente no parecían ser nada lesbianas, pero Diosa Lesbiana, ¡qué mujeres!
En fin. Fue el primer partido. Las lesbianas mayores nos ganaron. El partido estuvo cardiaco. Anotaron el punto decisivo cuando faltaban 8 segundos para que terminara el juego y así nos ganaron. Ya quiero que sea el segundo.
Las del equipo de football, no están entrenando por el clima. Sólo gym por el momento. Así que no he tenido plática ni contacto persona-persona con ellas.
Me harté de esperar a las lesbianas escolares.
Tenía que encontrar el maldito camión a Pittsburgh e ir a encontrarlas.
(Decidí documentar con imágenes la dichosa búsqueda para compartírselas y que me perdonen poquito por abandonarlas)
Caminé durante una hora, con lluvia a 1C . Encontré la supuesta parada de autobuses.
Pasó media hora. Pasó una hora. Pasó una hora y media. Me congelé. Me fui. Seguí caminando como si regresara a casa. Pregunté en todos los negocios que quedaban de camino. Una gasolinera, un hotel, un restaurante. A personas que me encontraba en el camino. Nadie sabía de los dichosos camiones porque claro estaba en un primer mundo donde el 98% de la población conduce sus automóviles.
Seguí caminando hasta que llegué a un negocio que se encargaba de guardar los automóviles a las personas que van al aeropuerto y viajan. Los llevan al aeropuerto en una combi y los recogen cuando regresen.
Entré a preguntar y me cobraron como si fuera al aeropuerto y viajara.
Llegando al aeropuerto, tenía que tomar un camión que llegaba al centro de Pittsburgh.
Llegando al centro de Pittsburgh me bajé en la segunda parada. Eran aproximadamente las 4:00pm de un viernes cualquiera.
Me metí al primer bar que encontré. Me senté en la barra y pedí una cerveza. Con el internet del lugar y mi celular, investigué los bares gays cercanos.
Terminé mi cerveza y caminé hasta llegar a ellos. Entré a todos. (Cuatro bares). Pero claro, estaban casi vacíos a esa hora. Salí a caminar en la ciudad para conocer.
Encontré una galería que tendría una exhibición a las 6:00pm.
Me quedaba una hora para eso. Caminé más. Conocí a cuatro extraños. Tomé fotos. Encontré arte callejero. Regresé a la galería. Había cerveza de barril gratis. Bebí tres vasos; por estudiantipobre y por mexicana. Conocí a dos artistas. Hablamos de arte. Hubo un performance artístico. Fui feliz.
Salí y ya estaba oscuro. Caminé de regreso a los bares. Entré a uno. No había mucha gente. Me salí y entré a otro. No había tanta gente pero estaba agotada. Pedí una cerveza. Escribí. Miré a mi alrededor y sólo habían hombres. Pedí la cuenta. Caminé al otro bar.
El bar estaba lleno. Conocí a un señor de UK. Pregunté sobre más lugares gays o “el hit del momento”. Me presentó a una chava que estaba sentada al lado de él, Creme.
Creme se presentó a sí misma y agarró una revista gay que vendía bar y me la regaló. La abrió en una parte donde venía un mapa de Pittsburgh con los lugares gays. Marcó con círculos los más importantes. Pregunté direcciones para llegar a uno. Dijo que me llevaba. Negué varias veces dicho hecho, pero insistió.
Nos fuimos en su coche. Hablamos de todo y de nada.
Llegamos al antro gay.
Lesbianas por aquí. Homosexuales por allá. De repente una señora llegó a bailarme y a decirme que le gustaba mi pelo. Le aseguré que debía de estar bajo efectos malignos del alcohol. Se fue y al lado de mi estaba una pareja de hombres.
-¿Ya te presenté a mi mamá? Dije. (Apuntando hacia atrás, hacia donde se había ido la señora.)
-¿Tu mamá? No, es mi mamá.
-No, es mi mamá.
-No, en serio es mi mamá… Insistió.
Tuve que interrogar a los dos por separado para creerlo.
Después de sentirme mal por la patada que metí al decirle que era mi madre, fui la mujer más feliz al saber que la señora por ser el cumpleaños número 21 de su hijo, se encontraba bailando borracha por toda la pista con todas las lesbianitos y hombrecitas del lugar.
“Estoy muy orgullosa de mi hijo”. Me dijo la mamá mientras bailaba alocadamente.
Sé que suena bastante bizarro que tu mamá te acompañe al antro en tu cumpleaños número 21. Pero créanme que la pareja de jóvenes eran los más felices en la pista, besándose y bailando sin importarles que su madre/suegra estuviera presente y lo mismo para ella.
Yo me pregunto si algún día veré algo parecido en México…
(Para ver las fotos, click aquí)
Queridas lectoras, perdón una vez más. Han sido días de locura desde noviembre. Pero siempre estoy al pendiente de ustedes (ay ajá), jaja, pero lo juro.
Si no que deje de ser lesbiana. (Ahí es cuando se sabe cuando es una promesa de verdad).